miércoles, 11 de mayo de 2011

Carlos Trillo: Un genio de la historieta ha muerto (Segunda Parte)



Por Gabriel Zárate

La incrédula consternación y el desamparo son totales. Esto no puede estar ocurriendo. Es inhumanamente inconcebible, pues los ídolos son perpetuos e inmortales. Todo es un mal sueño, una terrible y oscura pesadilla contra la que luchamos por despertar. En la cruel medianoche del domingo y las primeras horas del lunes, estas fueron las apesadumbradas sensaciones generalizadas, de aquellos que compartieron la afortunada dicha de su espontánea amistad y lo admiraron por su increíble talento y una emotiva calidad humana que siempre lo caracterizaron.

Una gélida sensación de lacerante dolor y amargo desconsuelo por una injusta temprana partida para un hombre como Carlos Trillo, infinitamente dotado que aún tenía tanto por dar y que creíamos que nos acompañaría muchos años más. Tristeza y silencio ¿Qué se puede decir? ¿Qué consuelo puede elaborarse con palabras para calmar ese abatimiento que alcanza para muchos la angustiante desesperación?

Se me vino a la mente la precipitada muerte de mi abuela, a consecuencia de un infarto fulminante. Mi madre lloraba desconsoladamente, yo tenía 22 años y tuve que hacer todas las diligencias del caso: El médico, la funeraria, la partida de defunción, avisar a la familia. Solo recuerdo que estaba como en un traslucido limbo en el que flotaba y veía todo desde una inmaterial distancia. El atroz domingo en la medianoche, muchos años después, volví a sentir lo mismo y decidí ponerme a escribir como un forma de catarsis liberadora.

El domingo 3 de enero del 2010 le escribí a Carlos Trillo saludándolo por el año nuevo, Carlos me respondió de inmediato en un correo extenso informándome sobre la muerte de su madre, de lo cual yo no estaba enterado. Hoy pienso que lo que le respondí a Carlos Trillo, es la única respuesta posible para todos los que sienten su partida.

"Carlos: Lamento haber escrito en un momento tan difícil como el que acabas de atravesar en los últimos días. Por experiencia propia sé que frente a la muerte de un ser querido, el único consuelo está dado por el paso del tiempo, que nos permite resignarnos mejor frente a lo irremediable. Recibe mi más sentido pésame. El afecto de la familia, la cercanía de las amistades, la dedicación en el trabajo, es decir todo lo cotidiano que nos rodea, es el único secreto donde reside el sentido y la felicidad que uno debe reconstruir luego de una circunstancia como la vivida. La pérdida de un ser amado nunca es absoluta, nunca nos abandonan del todo, pues una parte de ellos continuará a nuestro lado por siempre…"

Recuerdo imborrablemente cuando Carlos Trillo vino a Lima a dictar el Taller: “Secretos para realizar un buen guión de historieta” durante dos jornadas. Le comenté que tenía la idea de escribir guiones de historieta, él me escuchó con atento interés. Llevaba un plot de “El monstruo indeciso”, un imaginativo y ocurrente proyecto con Peni, que lo empleó didácticamente en la primera jornada. En la segunda me hizo un breve gesto desde el estrado para que me acercara: (¡A mí!, pensé) y generosamente me obsequió su plot, que aún lo atesoro, para que me sirviera de formativo modelo, de como presentar un guión. Conversando luego sobre el tema, le hice una peculiar observación: “El problema es que a mí solo se me ocurren historias tristes”. Carlos Trillo me respondió con aliento: “Alguien tiene que contar esas historias”.

Carlos Trillo estaba constantemente presto a compartir sus variados conocimientos y a animar a los demás a seguir creativamente por el camino de la narrativa gráfica, por ello no solo fue un célebre autor de historietas sino además un auténtico maestro. En lo personal yo fui un lector precoz de comics, pero durante diez años me alejé completamente del mundo de la historieta. A partir del 2006 lentamente empecé a retornar con las viejas lecturas de antaño por una sensación de melancólica nostalgia.

Pero el 2008 fue el año clave y decisivo: Cuando supe que Carlos Trillo, mi ídolo de la adolescencia, venía al Perú. Poder conocerlo y trabar amistad con él, ahora me doy perfecta cuenta de ello, marcó un punto de inflexión en mi vida. Si este blog de comics existe y si he vuelto a sumergirme en el fascinante mundo de la historieta, eso se lo debo exclusivamente al encuentro con Carlos Trillo. ¡Carlos, eso también te lo debo, te adeudo mucho más de lo que nunca te pudiste imaginar!

Hay valiosas notas y afectivos testimonios en la red de personas que aún afligidos, se animaron a escribir lo que Carlos Trillo representó en sus vidas y en la historieta: Andrés Accorsi, Diego Agrimbau, Laura Vázquez, Andrés Valenzuela y Hernán Migoya, son algunos de ellos.

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